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garfield sin garfield

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jueves, 21 de agosto de 2008

la superstición trae mala suerte


"La superstición trae mala suerte". Una frase simple, con una paradoja compleja en su interior...
La superstición fue creada por el hombre en el Inicio. En el momento en que todo era intuición y no discusión. Cuando las palabras, todavía, no fluían eficientemente. Cuando los gestos lo llenaban todo; y en las cuevas no se oía nada más que el gruñido con énfasis que acompañaba a la frase gestual de la tribu. Y fue creada justo para evitar la mala suerte; y efectivamente... no hace más que atraerla. Nos hace esclavos de rituales divinos, que científicamente no sirven de nada... excepto para garantizarnos "la paz espiritual". Fue el principio de la religión.
Sin embargo la superstición sigue innata en la mente de muchos de nosotros. Y aun cuando podemos discutirla y derrotarla sin numerosos argumentos, persistimos en evitar el color amarillo, pasar por debajo de una escalera, o esquivar el número doce más uno. No nos diferenciamos mucho de nuestros ancestros cavernarios, seguimos teniendo miedo a lo inexplicable, al destino, al azar; y creo que es una manera de intentar controlar lo incontrolable; el deseo de que la vida marche bien siempre, cuando todos sabemos que es prácticamente imposible que la vida eternamente nos sonría.
Dentro de la superstición, cada uno tenemos nuestro puntito innovador; nuestro libro personal en el que añadimos y quitamos lo que nos es útil o -como es mi caso- demasiado laborioso o extravagante para nuestro gusto.
Yo por ejemplo no tengo problemas con el número doce más uno, pero el color amarillo me supera; incluso tengo problemas con los papelitos esos que se pegan en el monitor para recordar constantemente lo que ya recordamos.
Últimamente no presto atención ni a religiones, ni a supersticiones... Según épocas, intuyo que la vida amenaza con un desastre y vuelvo a mi libro personal para intentar encauzar la situación. Luego, por supuesto, llega la mala racha y no puedo adivinar si es porque tenía que suceder, o porque la superstición trae mala suerte.

humor cien por cien manchego